Cartas a lagrimita


Navegando por la red me encontré con una serie de cartas que el locutor de radio Sergio Zurita le ha mandado al payaso Lagrimita, como a mi me caen en la punta del chorizo los payasos y las cartas se me hicieron en verdad graciosas les dejo unas cuantas cartas para su deleite. Tal vez alguien se anime a escribirle a Lagrimita y ojala que les responda.

Gracias a que las cartas de Octavio Paz a Tomás Segovia se acaban de convertir en un libro, el género epistolar parece haber recobrado aliento en México.

Es por eso que me parece prudente recopilar aquí una pequeña parte de la correspondencia que he sostenido con el rey de la comedia, Lagrimita, a lo largo de casi dos décadas.

Aviso que aquí sólo encontrarán cartas que yo le he escrito a él. Las de él serán publicadas cuando se digne a contestarme alguna. Aquí vamos:

Querido Lagrimita: 

¿No has pensado llevarles pasteles de mariguana a los niños que te van a ver?
Los pachecos se ríen de lo que sea y tú ganarías más dinero.
Eso sí, en vez de Lagrimita, serías Lagrimota. ¿Qué opinas de mi sugerencia?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

El otro día en la tele besaste a Costel en la boca. ¿Son putos?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Ya me enteré de que Costel es tu hijo y que por eso lo besas en la boca. ¿Son putos incestuosos?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

El otro día observé con atención tu bigotito, cuidadosamente recortado.
Luego me fijé en las mallas ajustadas de Costel.
Después me enteré de que los dos viven en Guadalajara, son padre e hijo y se besan en la boca. 
Luego pasaron El Arracadas en el 2 y descubrí que Vicente Fernández habla igual que tú.
¿Acaso tú eres Chente y Costel el “Potrillo”? ¿Por qué tienen dos identidades? ¿Es porque son putos?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Me enteré de que por culpa de Harry Potter los niños prefieren que a sus fiestas vayan magos en vez de payasos.

También hay libros de payasos, pero son tristes o dan miedo. ¿Qué opinas de que Dumbledore sea puto?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Con la recesión en Estados Unidos y la crisis económica mundial, ¿no te han querido linchar cuando dices “Qué barato, qué barato”?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Si tuvieras una hija payasa, ¿harías algo por corregirla?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Alguna vez, mientras haces pipí, piensas que estás lagrimeando?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Yo sé que la vida del payaso es dura. Encontrar zapatos de ese tamaño, me cae que ni en León. Y hacer reír a los niños es muy difícil.

Pero si un día te vas de putas y regresas con el cuello de la camisa manchado, tu esposa no te va a preguntar nada. ¿Lo habías pensado?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Si embarazaras a una de esas putas, ¿cómo se llamaría el hermanito de Costel? ¿Burdel?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Si tú eres Lagrimita, ¿qué sale de tus ojos cuando lloras? ¿Hombrecitos?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

¿Alguna vez te has sentido caníbal mientras comes paleta Payaso?

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

Cuando mueras, ¿quieres que te entierren maquillado de payaso?

Te pregunto porque te van a sacar en el TV Notas y te vas a ver de la verga, pero allá tú.

Atentamente,
Sergio.
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Querido Lagrimita:

¿Te das cuenta de que si nadie llora en tu velorio, la única lagrimita serás tú?

Atentamente,
Sergio.




Viajando en El Metro


¿Han viajado en el STC Metro?
¿Han notado la precariedad de sus instalaciones?
¿La incompetencia de sus trabajadores?
¿El trato grosero de cajeras y personal de intendencia?
¿El valemadrismo con el que sus “Operadores”" trabajan”?

Pues nada de eso es suficiente, cuando de quejas se trata.

Tal vez, suene y/o parezca que quiero hacer leña del árbol caído, pero no, esta estrada esta mas bien dedicado a sus “Usuarios”; a esos tiernos “Cavernicolas”.

Toda historia tiene un comienzo y ese es este:

A mi como a todos un dia de perros lo hemos tenido, ya es tarde. El “Calvario” inicia al querer llegar a la estación del llamado “gusano naranja”, los microbuseros. ¿Acaso no les hacen un examen de manejo para otorgarles la licencia? ¿O cuanto cuesta pasarlo? Pero ese es otro tema; ya desde ahí, la gente trae una actitud que……

Al llegar a la estación (que pobre de ti si es una que sea muy recurrida) te encuentras una fila interminable de parroquianos, usuarios, necesitados de transporte -que ademas llevan incluso hasta mas prisa que tu- delante de una Taquilla donde la taquillera -obviamente- esta teniendo una “Conferencia Telefónica Tripartita”, motivo por el cual ni te oye, y se pone de malas porque la interrumpes, (como no, yo también me encabrono cuando tengo que trabajar en mis horas de platicas)-pinches antipáticas- te recibe el dinero y no importa si la saludas, no importa si tienes prisa, no importa si le dices “por favor” te atiende mas lento que el servicio de ambulancias en el DF, como si esto no fuera suficiente, te trata como si le pidieras regalado algo y te avienta el (los) boleto(s) y hasta el cambio; ahí es cuando pensé…¿Si no le gusta su trabajo, porque no renuncia? ahhh ya se, en su casa no hay teléfonos, ¿Donde hablarían?; después que te libraste de esa espera empieza lo mejor: Existen ocho torniquetes… solo dos sirven y uno es para tarjeta “exclusivamente” y el que sirve se atoran los boletos, el oficial que esta ahi (o platicando con la taquillera por que no hay teléfono), si no esta desayunando su torta de tamal y atole, platicando con su “parejita”, leyendo su sensacional de…(aqui pongan el oficio que mas les guste) o hablando por celular, le esta viendo las nalgas o las tetas a las chicas que pasan por ahi, nomas te ve luchando contra el chingado torniquete, le dices y como lo interrumpiste de sus “ocupaciones” te contesta: “-Pues rompe tu boleto y pásate por la garita” pero encabronado porque “la vieja” que estaba viendo se le fue. (Chin… a mi también)

Las escaleras mas sucias que el Azteca después de un partido, y los cabos de limpieza están en todo menos en la limpieza.

Llegas -si tienes suerte- sano y salvo al anden, ¿Y que ves? un chingo de gente, y pues a veces piensas:-”ojala venga vació”, aja, sueña… Llega hasta la madre de gente, unos descienden y es ahi donde realmente empieza la aventura porque en un vagón de donde bajan 5 suben 10, contradiciendo varias leyes de la física; ahí mismo te vas a encontrar “weyes” que es el termino correcto, no se me ofendan, que se quedan en la pinche puerta a estorbar nomas, otros que bien chingones como ya subieron ya no te dejan pasar, como cavernicolas en actitud de “yo gane cueva” tu quedarte afuera, se ponen duros como pito y se agarran del tubo para no dejar pasar (albur necesario para esa “finísima clase” de gente*), ya que estas adentro apachurrones, pisadas, y codazos es lo mínimo que te espera.

Si estas en un anden inicio de linea, el metro llega vació, la gente, incluyendo mujeres, (que raro) se avienta como si nunca se hubieran sentado en el metro(de nuevo*) y te avientan valiéndoles madre si eres mayor, si traes bastón, si traes niños, si eres niño, o lo que sea, les vale madre, todo sea por sentarse, pinches huevones han de estar muy cansados de dormir.